Organizaciones de mujeres de todo el mundo han convocado un “paro de empleo, cuidados y consumo” el 8 de marzo, día internacional de la mujer.

2016 ha sido un caldo de cultivo para poderosas reacciones. Donald Trump, emblema de misoginia, en la Casa Blanca; la propuesta de prohibir el aborto en Polonia; el preocupante número de feminicidios en Latinoamérica; la despenalización de la violencia doméstica en Rusia.

Muchos colectivos se fueron uniendo en los meses pasados y en particular los organizadores de la Marcha de Mujeres en Washington y en otras ciudades del mundo unieron fuerzas para combatir el heteropatriarcado.

La violencia social y verbal contra mujeres que ha caracterizado el desarrollo histórico de nuestra sociedad ha llegado a un punto culminante.  Que todo se pare y se llegue a comprender las causas y consecuencias del machismo. Que los hombres acepten que ellos también son víctimas del patriarcado y que las injusticias sociales empiezan por las diferencias entre géneros.

La convocatoria a la huelga general representa un compromiso con los derechos de la mujer y de las minorías en general. Probablemente la concurrencia no será la misma de la marcha de las mujeres, especialmente porque la huelga implica no ir a trabajar. Pero seguramente será un golpe a las ideas que perpetúan la brecha de género y la violencia machista.

La huelga se inspira en El día libre de mujeres de las islandesas de 1975, cuando la mayoría de las ciudadanas abandonaron sus puestos de trabajo para protestar por las calles y marcar un punto de inflexión en la lucha de la igualdad de derechos.

Durante un día las mujeres están invitadas a abandonar cualquier tipo de empleo y unirse a la protesta feminista. Si no pueden participar, podemos vestirnos de rojo en solidaridad. Ninguna acción es insignificante.

Vamos Let's Learn Spanish. Spanish courses in London. Spanish courses in Valencia.