“Las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes y por eso tienen que ganar menos”. Estas las palabras del eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke. El miércoles, ante el pleno del Parlamento Europeo, el eurodiputado de extrema derecha se dirigió a la parlamentaria socialista española Iratxe García durante un debate sobre la brecha salarial.

Esta fue la enérgica respuesta de la diputada:  “Señor diputado, según usted, según sus teorías, yo no tendría derecho a estar aquí como eurodiputada. Sé que le duele y le preocupa que hoy las mujeres podamos estar representando a los ciudadanos en igualdad de condiciones como usted. Yo aquí vengo a defender a las mujeres europeas de hombres como usted”.

No es la primera vez que el eurodiputado polaco protagoniza polémicas. En octubre de 2015, fue suspendido durante 10 días y se le impuso una multa de 3.000 euros por apología del nazismo por haber hecho el saludo nazi. En otra intervención se refirió a los refugiados como “basura humana”.

Gianni Pittella, líder de los Socialistas y Demócratas, ha reclamado este miércoles una sanción ejemplar contra el eurodiputado polaco y ha reclamado a Antonio Tajani, italiano conservador presidente de la Eurocámara, que exprese públicamente su condena por lo sucedido.

Las palabras de Korwin-Mikke no pueden quedar impunes y son testigos de la cultura misógina a la que las mujeres – y también los hombres – tienen que enfrentarse cada día. La Unión Europea no puede tolerar palabras tan vergonzosas, que van totalmente contra los principios que las democracias occidentales tendrían que representar.

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