El dibujante de viñetas Antonio Fraguas de Pablo, más conocido como Forges, falleció el jueves pasado a los 76 años, pero deja para la historia un resumen de lo absurdo y lo contradictorio de la sociedad española a través de sus famosos dibujos.

Forges es reconocido como una persona importante en la cultura española que ha retratado con humor durante más de 50 años los problemas, las preocupaciones y la forma de vida de los españoles y cómo han cambiado a lo largo del tiempo desde el final de la dictadura hasta la actualidad. Su importancia en nuestra cultura lo demuestran todos los mensajes escritos ese día por periodistas, cómicos, políticos, y hasta el Presidente del Gobierno que no dudaron en dedicar unos minutos a señalar su contribución a la cultura española.

Todo español conoce, recuerda o ha leído alguna vez las viñetas de Forges, que publicaba diariamente en el periódico El País. Muchas personas tienen algunos de sus dibujos en una taza, en una lámina en su cuarto, en el tablón de la oficina o pegadas en el frigorífico, pues el dibujante resumía en una viñeta una situación de la vida española con la que cualquiera podía sentirse identificado: cuando lo leías parecía que te hablaba a ti.

Forges tiene una viñeta para cada situación: para la precariedad del empleo de los jóvenes, para la situación de los funcionarios españoles, para denunciar el machismo cotidiano, para la defensa de los derechos de los animales, para la crisis económica que vive el español medio o para cualquier problema político que ocurre en el país o en el mundo. Forges dibujaba a sus conocidos personajes que con breves diálogos exponen el problema con humor.

Para cualquier estudiante interesado en la cultura española los dibujos de este autor es una fuente divertida y entretenida de conocer la idiosincrasia de esta sociedad, al igual que leer los cómics de Mafalda te enseña a entender la cultura argentina. Pero, no solo muestra la forma de vivir del español medio, sino también su forma de hablar con el uso de muchos coloquialismos.

Forges usó mucho vocabulario de la lengua popular, y muchas palabras jergales pasaron a menudo por sus viñetas, como el muy usado “se está de buten” (“excelente, estupendo”). Muchas de estas palabras que popularizó Forges fueron luego aceptadas por la Real Academia que las añadió a su Diccionario, como “maromo” (individuo, tío, fulano, novio), o “chorbo” (“persona cuyo nombre o condición se ignoran o no se quieren decir”).

Incluso el propio autor creó palabras que se han incorporado a la lengua del día a día como la palabra “bocata” para referirse a “bocadillo”. Forges no tenía espacio para escribir toda la palabra e inventó la terminación –ata que luego se añadiría a muchas palabras para acortarlas y darles un toque más jergal como cubata, en lugar de “cubalibre”, o sociata, en lugar de “socialista”.

Por todo esto, leer y entender a este autor es comprender un poco más la sociedad española y su lengua.

Elena Castillo

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