Hace tan solo un mes publicamos un artículo sobre el partido político español de extrema derecha Vox titulado “Make Spain great again”. En el artículo hablábamos de la repentina popularidad de Vox, y de lo sorprendente que es que un partido ultraderechista consiga tanto apoyo en España, donde el recuerdo de la dictadura franquista sigue muy presente. Sin embargo, jamás hubiésemos podido imaginar que Vox llegase al Parlamento tan rápido. Pero, en España, lo imposible puede suceder.

El domingo pasado se celebraron las elecciones al Parlamento de Andalucía. Andalucía es una de las 17 comunidades autónomas en las que se divide el territorio español. Cada una de estas comunidades tiene su propio Parlamento, que es el órgano sobre el que descansa el poder legislativo de la comunidad. Cada cuatro años, los ciudadanos de cada comunidad votan y eligen a sus representantes en el Parlamento autonómico. Los representantes luego se reúnen y eligen al Presidente, que nombra a los consejeros y forma el Gobierno de la Comunidad Autónoma.

Durante los últimos 36 años (¡sí, 36!) el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha dominado el Parlamento analuz y ha estado al frente del gobierno de Andalucía. Sin embargo, las elecciones celebradas el fin de semana pasado ponen punto final a estas cuatro décadas de gobierno socialista: con sólo un 58,65% de participación, el PSOE vuelve a ganar, pero con apenas 33 escaños (es decir, 14 escaños menos que en 2015), y Vox entra en el Parlamento con 12 escaños y rozando el 11% de los votos.

Para formar gobierno es necesario alcanzar la mayoría absoluta, por lo que se necesitan 55 diputados. Por eso, a pesar de haber ganado las elecciones, el PSOE no podrá gobernar. Los que sí pueden son los tres partidos de derechas: unidos, el Partido Popular (PP), Ciudadanos (Cs) y Vox tienen un total de 59 escaños, así que pueden eliger a un Presidente. Para que esto ocurra, los tres partidos se tienen que poner de acuerdo; es decir, el PP y Cs tienen que aceptar algunas de las propuestas de Vox, que incluyen expulsar a los inmigrantes sin papeles, eliminar las comunidades autónomas, derogar la ley del aborto…

Estos resultados son realmente alarmantes, y afectan al resto de España tanto como a Andalucía. Es la primera vez en casi 40 años (es decir, desde que terminó la dictadura de Francisco Franco) que un partido de extrema derecha consigue entrar en un Parlamento español. Por eso, se trata de un verdadero punto de inflexión que confirma que, desgraciadamente, España no es una excepción en el auge de la derecha radical y antisistema en Europa.

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